
El momento de ir al supermercado es uno de los más críticos para cuidar tu salud. Cada una de las decisiones que tomas en este instante influyen directamente en tu alimentación y se van a trasladar a la cocina y a tu forma de comer.
Aunque no te des cuenta, tener o no una alimentación saludable depende de las decisiones que tomes al llenar tu cesta de la compra.
La industria alimentaria te indica qué alimentos comprar al destacarlos con llamativos eslóganes, sellos de asociaciones médicas o envases coloridos, pero no pierdas de vista que esta industria tiene un objetivo: vender.
Algunos de estos alimentos que parecen saludables pero en realidad no lo son son los siguientes.
Este tipo de bebidas son más sanas cuando solo contienen el producto exprimido. El problema es que la bebida vegetal tiene como principal ingrediente agua y en segundo lugar destaca el azúcar. Puedes elaborar por ti mismo estas bebidas como alternativa saludable.
Se publicitan para deportistas y para personas que quieren hacer dieta, por lo que eso te debe hacer sospechar un poco. Estas barritas contienen una gran cantidad de carbohidratos y grasas saturadas. Como alternativa puedes prepararlas en casa.
Estos vinagres se producen de forma industrial y, además de vinagre, llevan azúcar y colorantes, por lo que una alternativa saludable es usar limón o un vinagre de vino clásico.
Para que un postre sea light debe tener un 30 % menos de calorías que el producto original, pero no tiene por qué ser más sano, ya que puede tener más azúcar o grasas saturadas.
Los aliños y toppings que puedes encontrar en las ensaladas preparadas están cargados de azúcares y harinas, por lo que no son tan sanos como deberían.
Es más saludable que te la prepares tú mismo y añadas una fuente de proteína como puede ser el pulpo, el atún, salmón o pechugas de pollo a la plancha.
Aunque estas bebidas realizan un aporte de sales minerales y agua, también incorporan una cantidad de azúcar elevada. Tras la actividad física puedes tomar proteínas o carbohidratos de calidad y no algo con grandes cantidades de azúcares.
Los alimentos sin gluten no son más saludables, sino que son necesarios para las personas que tienen intolerancia. Eso no quiere decir que sean integrales, bajos en calorías o que carezcan de azúcares.
Este es un producto procesado que en ocasiones tan solo contiene un 70 % de pavo o pollo, por lo que el resto suele ser harina, leche en polvo, sal, proteína de soja y azúcar.
Los zumos industriales tienen un alto contenido en azúcares. Una alternativa saludable es comer piezas de fruta enteras o exprimir en casa el propio zumo, aunque de este modo no consumirás la fibra que puede aportar la fruta.
Estos cereales son calóricos, ya que contienen mucho azúcar. A pesar de ello, también aportan una gran cantidad de fibra porque se fabrican con cereales integrales. Como alternativa puedes consumir copos de avena naturales y añadir canela o trozos de fruta.
Para tener una dieta equilibrada y sana has de consumir alimentos que favorezcan el buen funcionamiento del organismo. Estos alimentos debes consumirlos diariamente, excepto las legumbres, que puedes comerlas un par de veces por semana.
Cuando vas a la compra no debes comprar productos, sino alimentos y prestar atención a la etiqueta nutricional y al listado de ingredientes.
Son ricas en micronutrientes y aportan una gran cantidad de proteína.
Por cada caloría también aportan minerales y vitaminas, son ricas en fibra, equilibran los niveles de energía y son saciantes.
Tienen proteínas de alto valor biológico y ayudan a mantener un correcto nivel de colesterol.
Aportan grasas saludables y debes consumirlos de forma moderada.
Aportan proteínas y grasas saludables en forma de omega 3. En el caso de los mariscos, el pulpo es uno de los básicos, ya que aporta una gran cantidad de proteína, es bajo en calorías e incluso puede ayudar a prevenir ciertas enfermedades.
No puedes cambiar toda tu alimentación de la noche a la mañana, pero sí puedes hacerlo poco a poco. Los cambios drásticos no funcionan porque requieren de mucho esfuerzo, fuerza de voluntad y disciplina. Además, cambiar así tu alimentación te hace sentir más castigado que saludable.
Por lo tanto, lo primero que has de hacer es comenzar a comer mejor y, para ello, la estrategia es muy sencilla: come verduras en un par de comidas, como mínimo, y hazlo antes de comer otra cosa.
Aunque pueda parecerte un completo sacrificio, pronto te darás cuenta de que tu salud te lo agradece y que la alimentación saludable es mucho más variada de lo que podrías imaginar.
Y no descuides la alimentación en el trabajo o cuando comes en los restaurantes. Nuestro artículo sobre cómo comer saludable en la oficina y los consejos para comer bien fuera de casa te podrían ser de gran utilidad.
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