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Consejos para ayudar a nuestras defensas

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Consejos para ayudar a nuestras defensas

Hay personas que parecen «atraer» todos los virus e infecciones y otras que, pese a estar todo el día en contacto con gente enferma o trabajar en malas condiciones climáticas, nunca enferman. ¿Sabes ya por qué? Es porque su organismo tiene mejores defensas. Y no son los medicamentos lo que lo fortalecen, sino la alimentación y algunos hábitos que a continuación te contaremos.

Cómo fortalecer tu sistema inmunitario

Cuida tu alimentación

Sigue las siguientes recomendaciones en alimentación sana para gozar de máximos niveles de defensas:

– Lleva una alimentación equilibrada y, sobre todo, con muchas frutas y verduras. Principalmente, contienen vitamina C. Los alimentos más ricos en esta vitamina son la guayaba, el escaramujo, la grosella negra, el pimiento, el perejil, las coles, las fresas y las naranjas.

– Son muy sanos los betacarotenos. Los alimentos que más los contienen son zanahorias, calabaza, pimientos, boniato, verduras de hoja verde oscura (espinacas, acelgas, etc.) y frutas como plátanos, manzanas, ciruelas, mangos, melocotones, naranjas, papayas, albaricoques o melones.

– Ingiere calorías: ante situaciones como el clima o contacto con enfermos, prepara tu cuerpo con calorías sanas, como las del aceite de oliva, frutos secos o chocolate negro. Pero ojo, las digestiones pesadas y la obesidad no son compatibles con la subida de defensas.

– No descuides las proteínas y los carbohidratos. La falta de proteínas, sobre todo glutamina, lleva al incorrecto funcionamiento y a la pérdida de masa muscular, necesaria también para proteger tu cuerpo. También, si no consumes carbohidratos después de hacer deporte para reponer el glucógeno presente en los músculos, puedes dañarlos. Encontrarás glutamina en los lácteos, huevos, carne, pescados, legumbres como garbanzos o guisantes y algunos cereales como la avena o el trigo.

– Elige fuentes de proteína baja en grasas, tales como lácteos desnatados, pollo o pavo, atún claro, pulpo o alubias blancas.

– Consume minerales, sobre todo zinc. Este mineral no solo ayuda a fortalecer el sistema inmunitario, sino también a curar heridas, junto a otras propiedades. Donde encontramos más zinc es en las ostras, el pulpo, el germen de trigo, las galletas integrales, el salvado de trigo y los piñones.

– Toma vitamina E, que se encuentra en aceite de oliva, almendras, brócoli, zanahorias, papaya, la espinaca y las semillas de girasol, entre otros.

– En cuanto a especias, opta por el romero, el tomillo y la albahaca.

– Evita las grasas y los azúcares refinados. Endulza con miel, ya que tiene propiedades inmunizantes.

– Si estás padeciendo o padeces a menudo enfermedades provocadas por virus y bacterias, en vez de antibióticos, prueba tomar propóleo, jalea real, equinácea o polen. No actúan tan rápido como los antibióticos, pero evitarán que enfermes en el futuro.

– Toma yogur con probiótico, especialmente acidophilus.

– Bebe suficiente agua, al menos una cantidad de tu peso multiplicado por 0,3.

– Limita el consumo de alcohol. El alcohol destruye muchos glóbulos blancos presentes en la sangre y limita la absorción de vitaminas y minerales necesarios para la formación de dichos glóbulos.

– Toma té verde en vez de café. O bebe un poco menos de café y más té verde.

Hábitos saludables para subir las defensas

 – Duerme bien y en las horas nocturnas, mientras por el día te mantienes activo.

– Practica ejercicio: incluso en los climas desfavorables, el ejercicio activa no solo nuestro cuerpo, sino también nuestras defensas.

– No fumes. La nicotina se incorpora a la hemoglobina en la sangre en lugar del oxígeno y la falta de oxígeno en tus células las debilita mucho. Las demás sustancias químicas presentes en el tabaco, como el alquitrán, son cancerígenas y también debilitan tu sistema inmune.

– Llevar una buena higiene. Sobre todo ducharse, cambiarse de ropa y lavarse el pelo después de haber estado en lugares «contaminados» de gérmenes. Lavarse las manos al llegar a casa y antes de comer, incluso en el supermercado y en los mangos de puertas encontramos gérmenes que nos pueden hacer enfermar.

– Mantener esta higiene con jabones no agresivos adecuados para nuestro tipo de piel, pues la piel también es parte de la defensa de nuestro cuerpo.

– Llevar a cabo revisiones médicas con regularidad, tanto análisis de sangre como revisiones dentales. Detectar las enfermedades a tiempo es fundamental.

– Controla el estrés. Un poco de estrés y actividad en la vida es sano, pero se convierte en nocivos cuando nos sobrepasa.

– Prescinde de la climatización si no es necesario. Es preferible enseñar a nuestro cuerpo a adaptarse a los cambios de clima. Sobre todo, el aire acondicionado puede ser fuente de gérmenes en los lugares públicos.

Aprovecha la dieta y el clima mediterráneo

En España, tenemos la suerte de vivir en un clima privilegiado, que nos permite practicar deporte y disfrutar con amigos y familia al aire libre.

Aprovecha también los placeres de la dieta mediterránea: verduras, cítricos, especias como el tomillo, pescados y mariscos. Algo tan sencillo como un pulpo a la gallega es una medicina para las defensas: te aporta las vitaminas A y E del pimentón, la vitamina E del aceite y el zinc y las proteínas beneficiosas de este alimento. ¡Pruébalo!

 

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